Trastorno Negativista Desafiante (TND)

Espinoza Quiroz, Elizabeth

Marreros Tananta, Jaime

Ramos Neyra, Yeritza

Cada vez es más corta la edad en la que una persona manifiesta repulsión a las normas o quiere hacer todo lo que le venga en gana. Los niños han de aprender a tolerar la frustración que supone no hacer en todo momento lo que desean. Es normal que hacia los 2 años se refuerce la identidad mediante una conducta opositora. Sin embargo algunos niños cuestionan incansablemente las normas llegando a desobedecer, llevando la contra y desafiando a sus padres y profesores, estos suelen ser intolerantes con los demás. En el siguiente ensayo se describirá el Trastorno Negativista Desafiante (TND). Los que pueden diagnosticar y tratar dicho trastorno son los especialistas del área de la salud mental.

El TND “es una forma moderadamente grave del problema del comportamiento que ocurre en la infancia y adolescencia temprana” (Esperón, Figueroa Quintana, Díez Suárez, & García Martín, 2009, pág. 60) “es típico que el niño se comporte de forma beligerante, no acata ordenes, sino que las discute constantemente, es obstinado, Negativista, desafiante, provocativo”, siempre busca discutir y llevar la contra a sus padres o cualquiera que asuma el rol de tutor. Hay que tener en cuenta que dicha conducta debe permanecer de forma constante por más de 6 meses, para poder así ser diferenciado de los problemas normales que suele tener todo niño y que dura días, semanas o horas. Para Morrinson, (2015) estos niños suelen mostrarse “iracundos e irritables, y tienden a la sensibilidad y al temperamento explosivo. En ocasiones culpan a otros de algo que ellos mismos hacen; algunos parecen maliciosos’’ p. 381.

Características clínicas: dentro de la psicología y de la psiquiatría el trastorno Negativista desafiante es la preocupación primaria de los padres en la consulta. Este problema del comportamiento de gravedad moderada que se suele darse al inicio de la edad escolar dentro de los 8 años aproximadamente, que se caracteriza por discutir las ordenes de los adultos, mantenerse desafiante ante ellos. Estos comportamientos antes mencionados suelen tener su inicio en casa, para luego ir demostrándose en la escuela y así ir en otros ambientes. Este trastorno apareció por primera vez en el DSM III y aún se mantiene en el DSM V y se encuentra dentro de Los trastornos disruptivos, del control de los impulsos y de la conducta. El 40 % de los niños con TND evolucionan hacia la forma más grave de comportamiento disruptivo y el trastorno de conducta. Según (Esperón, Figueroa Quintana, Díez Suárez, & García Martín, 2009) “afirma que entre un 3% y un 8% de los niños tienen TND, siendo entre 2 y 3 veces más frecuente en niños que en niñas”. La aparición del TND Y Trastorno de conducta se relaciona con factores de riesgo de tipo genético, individual, social, familiar y biológico estos factores causan alteraciones cerebrales en la corteza prefrontal y corteza orbito frontal.

Tratamiento: el TND requiere de un tratamiento con la ayuda der los padres a través de técnicas de modificación del comportamiento, es de suma importancia conocer las situaciones de riesgo en la que el niño manifiesta conductas explosivas y desproporcionadas de agresividad con el fin de evitarlas. Cuando existe manifestaciones depresivas se debe tener en cuenta el uso de fármacos como el metilfenidato que permitirá controlar los síntomas de inatención e hiperactividad, como la oposicionalidad. Otros tratamientos farmacológicos para controlar la violencia del niño son los antipsicóticos de nueva generación (olanzapina, quetiapina e rispiridona) y eutimizantes (litio y oxcarbacepina). Es importante identificar y tratar correctamente la comorbilidad psiquiátrica. Se establece ciertos criterios para la evaluación, ya que existen trastornos similares como los del comportamiento disruptivo, por otro lado hay que considerar que el tratamiento requiere de varios meses de duración, ya que no existen soluciones fáciles ni rápidas y es individual. Mientras menor sea el paciente mayor efectividad tendrá el tratamiento debido al desarrollo en lo que se encuentra el niño. Dentro del plan terapéutico se debe se debe enfatizar los puntos más resaltantes del comportamiento como prioridad en el niño y la familia. El tratamiento más exitoso es la intervención psicosocial estructurada. Esta tiene que ser constante y adicional a los fármacos, en esta técnica se trabaja la interacción de padres e hijo y un mejor estilo parental.

Es importante descartar factores culturales que incluyen en la obediencia y la disciplina en casa; además mantener una alianza terapéutica tridimensional que permitirá adquirir mayor información sobre la conducta del niño. La intervención  consta de tres objetivos: padres y familias (dificultades en casa y ayuda en la formación), en el niño (habilidades sociales, control de enojo, asertividad y técnicas de estudio) y los profesores (dificultades en el colegio, asesoría académica, etc.). Es importante  que unido a esta técnica se debe mantener el tratamiento farmacológico si es necesario.

Prevención: los padres forman un papel importante para la conducta y el desarrollo del niño. Existe programas de prevención como el “Head start” que promueve la preparación escolar de los niños que provienen de familias de bajos ingresos mediante agencias que trabajan dentro de su propia comunidad respaldando el desarrollo mental, social y emocional de los niños desde que nacen hasta la edad de los 5 años.

El trastorno negativista desafiante (TND) abarca muchos factores de riesgo de los cuales si lo identificamos a tiempo podemos prevenir o reducir la incidencia de trastornos del comportamiento. Los programas de prevención se enfocan en una intervención temprana en el desarrollo del niño para fortalecer los factores de protección antes de que se desarrollen los problemas de conducta. Son 3 los factores de riesgo que debemos tomar en cuenta, ya que resultan clave para las medidas de prevención las cuales son: el uso de alcohol y otras drogas (prevenir y retrasar el uso de estas sustancias cuanto más se pueda, en España la edad media de consumo en adolescentes es entre los 13 y 15 años), abuso de sustancias en la familia (evitar ambientes caóticos de alcohol o drogas en los padres donde hay niños que se están desarrollando) y en el colegio (comportamiento excesivamente tímido o agresivo y bajo rendimiento).

En resumen el TND está caracterizado por un comportamiento negativo, hostil y retador hacia alguna autoridad. Inicia en la edad preescolar y debe ser permanente por más de 6 meses aproximadamente para su respectivo diagnóstico. Esto puede evolucionar a un Trastorno de Conducta (TC) que se manifestará en la adolescencia llevándole a conflictos con sus relaciones sociales. Existe un mayor porcentaje en niños que en niñas. Los factores que proporcionan esta conducta son diferentes como el genético y el medio ambiente del niño; el tratamiento es multidisciplinario, que necesita de una intervención psicosocial y una terapia farmacológica.

REFERENCIAS

Asociación Americana de Psiquiatría. (2014). Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastorno Mentales (DSM-5) (5 ed.). Arlington: Editorial Médica Panamericana.

Esperón, C. S., Figueroa Quintana, A., Díez Suárez, A., & García Martín, I. (2009). Trastorno Negativista Desafiante . En a. José ángel, c. Arango, J. Castro, M. D. Petitbò, & c. Soutulo, Trastornos delcomportamiento en la infancia y adolescencia: ¿que estas haciendo? (págs. 61-71). Faros.

Jöreskog, K., & Sörbom, D. (1981). Análisis of Linear Structural Relationships by Maximun Likelihood and Least Squares Methods. University of Uppsala.

Morrinson, J. (2015). DSM-V guia para el diagnostico clinico. México, D.F.: El manual moderno.

 

Escrito por: Jaime Marreros Tananta licenciado en Psicología por la Universidad Científica del Sur.

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