Sobre gustos y colores no han escrito los autores
Resulta complejo hablar sobre los
gustos de cada individuo, así como sobre la orientación sexual de cada persona,
entendiéndose ello como la atracción afectiva, erótica y sexual hacia el otro.
Ello, debido a que existen diversidad de orientaciones sexuales, como
heterosexuales, homosexuales, bisexuales, asexuales y pansexuales. Sin embargo,
la orientación sexual continúa siendo un tema controversial y hay personas que
consideran que desviarse de la heterosexualidad es incorrecto. Pero ¿en qué nos
basamos para afirmar que la heterosexualidad es lo correcto? ¿Quiénes somos
nosotros para privar el derecho de amar a alguien?
En diferentes estudios se ha
demostrado la inefectividad de las “terapias de conversión” para personas
homosexuales, puesto que no se puede cambiar la orientación de la persona, a
pesar de eliminar la reacción sexual de esta. Esto demuestra como la
homosexualidad va más allá la atracción erótica, implica una atracción afectiva
hacia la persona de su mismo sexo. Relacionado a ello, podemos ver que es
totalmente diferente hablar de relaciones sexuales y genitales, ya que en la
genitalidad intervienen los órganos fisiológicos que tenemos desde que nacemos,
pero en las relaciones sexuales intervienen factores psicoemocionales que
permiten que generemos un vínculo autónomo y singular, lo que nos hace
diferente de los animales, debido a que la neurobiología interviene
fundamentalmente.
Actualmente vivimos en una sociedad
heteronormativa, lo cual se evidencia en la práctica clínica, por ejemplo, cuando
los padres vienen a consulta, preocupados por la orientación sexual de sus
hijos/as, a pesar de que dicen ser capaces de aceptar la homosexualidad en los
otros. De esta forma, podemos ver en nuestro día a día que la homosexualidad se
sigue considerando un tema tabú, que carga consigo un estigma social. Sin
embargo, lo “normal” respecto a la sexualidad ha ido variando a lo largo de la
historia; por ello, en lugar de encasillarnos en lo que en estos últimos años se ha considerado “normal”, es importante reconocer
que la diversidad enriquece nuestra sociedad, dando paso a nuevas perspectivas.
Una mirada diferente y con más
apertura nos permitirá mirar lo valioso que hay en nosotros mismos y en el
otro, aceptándonos y respetándonos, para ser capaces de expresarnos libremente
y amar sanamente, disfrutando el derecho de amar. Finalmente, ¿para qué estamos
en este mundo? ¿para juzgar lo que amamos o para amar genuinamente y formar
vínculos autónomos?
Comentarios